Los Valerianos
Con esta dinastía en pleno siglo IV, comienza la división sin vuelta atrás, del Imperio Romano.
Se caracteriza este periodo, por la separación del ejército respecto del estamento administrativo, a fin de poder defender las fronteras occidentales y orientales, causadas por las acometidas de los pueblos bárbaros.
En el interior del Imperio Romano, ya en plena decadencia, se intentaba acallar el descontento de las diferentes provincias, por los gravosos impuestos que el estado seguía atenazando a sus ciudadanos.
Aunque existía libertad completa en el desarrollo del culto cristiano, consolidándose este como parte del estado, hubo no obstante un tímido resurgimiento del paganismo, tal y como había sucedido en tiempos de Juliano el Apóstata.
Ya desde el principio de la Dinastía Valeriana, las fronteras del Imperio Romano son asaltadas por los alanos vencidos estos por los hunos, a la vez que los visigodos entran en el imperio, por las predicaciones del obispo arriano Ulfilas. En tanto que los bárbaros ya establecidos en todo el territorio y romanizados, pero con los vicios de una civilización en descomposición, fueron cogiendo las riendas del poder, sobre todo los germanos, ya muy implicados tanto en el ejército romano, como en el poder civil, comenzando a independizarse las diferentes tribus que los componían.
Artículos relacionados …