> Batallas de la antigüedad > Cartago contra Roma – Primera Guerra Púnica – 3ª Parte

Batalla de Ecnomo, año 256. llamada por los romanos Ecnomvus (promontorium) actualmente Cabo Licata – Sicilia.

Se trata de una gran batalla del Mediterráneo, donde los romanos ponen un gran empeño que en el futuro les va a reportar una gran ventaja sobre el dominio de la cuenca mediterránea, convirtiéndolo en su “Mare Nostrum”, por lo que se llevará a cabo un duro enfrentamiento entre las dos escuadras en liza; es por ello que Roma coloca todo su empeño y esfuerzo en la construcción de una incipiente escuadra naval escalando en lo posible su máximo apogeo; Para lo cual coloca al mando de ella a los cónsules Lucio Manlios Vulsón Longus y M.Atilius Régulus. Por la parte cartaginesa con intención de seguir con la supremacía del mar nombra a los prestigiosos comandantes Hannó el Grande y Amilcar (vencedor este último en la Batalla de Drepana).

La novedad de la flota romana la constituye, en invento del puente llamado Corvus, consistente en una plataforma que gira hacia el barco enemigo en cuyo extremo van colocados unos ganchos para afianzarla sobre la cubierta de la nave contraria, y así poder pasar por esta plataforma los legionarios invadiendo al buque en cuestión, propiciando la lucha cuerpo a cuerpo, que es el tipo de acción por el cual los soldados romanos está mejor entrenados para la guerra.

Roma ataca con una flota de 250 naves, 80 de transporte, con una dotación de 150.000 marinos y 40.000 hombres, cifras estas consideradas exageradas, como ya era costumbre en las crónicas de la época. Por parte cartaginesa se presentan 350 naves, 150.000 hombres, fondeando seguidamente la escuadra frente a la ciudad de Heraclea Minoa, en Sicilia.

Los romanos con su frente de naves insignias a cargo de los dos cónsules Manlius y Atilius se aproximan hacia la formación cartaginesa atacando de lleno en un choque compacto, por lo que rompen toda la formación enemiga compuesta de 250 barcos los cuales, habían organizado en una linea oblicua junto a la costa uniendo sus dos extremos derechos e izquierdos, aun así, se rompe la organización cartaginesa escindiendo el ataque de las 250 naves.

Los cartagineses en el centro de su formación simula una retirada del lugar de las operaciones; Por lo que la primera y segunda escuadra romana, se apresta en la persecución de los supuestos huidos, logrando desunir la tercera escuadra cartaginesa desglosándola del conjunto de su fuerza naval; Amilcar ante el temor de esta maniobra, piensa que los romanos están en posición ventajosa como para poder ser socorridas sus naves; Decide atacar antes de ser rescatados por los suyos, pero no se percata que las naves romanas maniobran siguiendo la táctica de ir aproximándose uno por uno a otros tantos buques cartagineses, con el fin de poder utilizar los Corvus e ir invadiéndolos por tropas de legionarios en una lucha cuerpo a cuerpo, por la gran ventaja que este tipo de combate les proporciona a los romanos.

Mientras tanto el ala derecha cartaginesa ataca a la tercera formación romana, las más cercanas a la costa, siendo escindidas y dispersadas estas unidades quedando separadas en tres cuerpos y otras tantas secciones, por lo que queda la lucha fragmentada. La tercerea escuadra romana con ayuda de sus Corvus logra vencer a los cartaginenses, destruyendo 30 barcos, y capturando 74 de ellos, poniendo rumbo hacia la costa Aficana.

Batalla del Rio Bagrades, denominada también Batalla de los Llanos de Bagrades, Que tuvo lugar en el actual río Medjerda en las llanuras de Túnez: en primavera del año 255 a.C.

Tras la Batalla de Ecnomo, los cartagineses quedan momentáneamente derrotados; Por lo que se abrió una nueva vía del lado romano, poniendo sus ojos y empeños en la invasión de África, donde Cartago tenía su feudo y dominio sobre la cuenca del Mediterráneo.

Al frente de la invasión liderada por el cónsul romano M. Atilius Regulus, utiliza una fuerza de 15.000 hombres procedentes parcialmente del la Legio I, con 500 jinetes, que a pesar de adoptar el sistema griego de falanges. integrados estos por 12.000 componentes, 4.000 de caballería y 100 elefantes. Oponiéndose al ejército por parte cartaginesa estando al mando el general espartano Jántipo de Cartago, de muy buena preparación guerrera, y alta moral.

La estrategia cartaginesa consistió en la ubicación de los elefantes el frente tras lo cuales formó la falange cartaginesa, donde los mercenarios ocuparon el lado izquierdo, que junto con las tropas ligeras y caballería fueron se disponen en ambas alas.

En contra posición Régulo optó por la táctica romana; esto es: infantería pesada de legionarios junto con tropas aliadas en su centro, contingentes ligeros (los velites) con la caballería dispuesta en los flancos.

La batalla comienza con el ataque cartaginés de sus elefantes por el centro, apoyados por la caballería en sus flancos, Jántipo se muestra muy activo, acudiendo allí donde su presencia era más necesaria. El ala izquierda romana rechaza en un primer momento a los elefantes, persiguiendo a la infantería hasta sus campamentos.

En un primer lugar los romanos aguantan bien la acometida cartaginesa, rodeando a los elefantes, pero topan con las falanges, cuya una parte de su contingente aun no había entrado en combate, pero que al hacerlo la balanza se inclina hacia su lado, produciendo una desbandada romana de sus jinetes que se refugian en Aspis (hoy Kel`bia , Túnez), cuyas tropas no se atreven a hacerse a la mar por temor a la escuadra cartaginesa.

Resultado de esto encuentros se traducen en una apoteósica derrota de los romanos, al contrario de la alta moral cartaginesa y sus motivaciones; El ejército romanos se encuentra en una tierra extraña para ellos, con una deficiente logística, casi carente de alimentación y agua, a más del hostigamiento constante de los jinetes númidas del desierto.

Tras la derrota, régulo es hecho prisionero junto con 500 hombres más otros 2.000 procedentes del flanco izquierdo.

Según cuenta el historiador cristiano Paulo Orosio (385 -418 d.C.), hubo unos 30.000 muertos romanos en oposición de solo 800 bajas cartaginesas.

Aquí se produce un triste relato de lo acontecido al cónsul Régulo, el cual tras ser hecho prisionero, Cartago intenta aprovechar la situación, al proponerle en calidad de prisionero ir a Roma a fin de concertar una paz firmada, más el intercambio prisioneros. Régulo efectivamente se presenta ante el Senado romano, pero en su discurso, rechaza tal proposición abogando por una continuación de la guerra.

Aquí se producen varias versiones sobre lo ocurrido a Régulo, que al parecer fue torturado salvajemente, tras lo cual se le ejecutó ignominiosamente.

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