Anarquía del siglo III.d.C.
Periodo por el cual se acentúa aún más la Caída del Imperio Romano.
Es durante el siglo III de nuestra Era, cuando los cimientos del mundo romano, aparentemente tan consolidados, comienza su definitivo declive hacia la división del Imperio Romano, que a pesar de los múltiples avatares, tanto sociales como militares, se tambalean, no de forma fulminante, pero si de modo progresivo e imparable.
Tras el reinado de Alejandro Severo, a partir del año 235, el Imperio Romano, comienza a sufrir en su propio ejército, la carcoma que para él representa, haciéndose patente esta, por varias razones que actuan al unísono. Crisis social, por dejación de responsabilidades, dando paso al grave problema del bandolerismo. Crisis política, por una inestabilidad del poder gubernamental, ya de por sí endémica en tiempos anteriores, acentuándose en Roma, a causa de políticos ávidos de poder. Crisis económica, por ruina generalizada. Crisis moral, materializada en persecuciones contra cristianos y judíos, por relajación hacia la credibilidad en los dioses romanos.
Todo ello en detrimento del ejército romano, que hasta ahora era el mayor sustento de Roma. Unido todo ello a las grandes y constantes incursiones de los germanos, así como la presión del Estado Iraní, actuando sobre las fronteras romanas, teniendo que dividir la acción de sus fuerzas legionarias, descuidando un tanto los “Limes” del Imperio Romano. Por lo general, se puede decir que la anarquía del siglo III afectó principalmente a su ejército.
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