> Batallas de la antigüedad > Cartago contra Roma. Primera Guerra Púnica. 4ª Parte.

Batalla de Palermo. año 250 a.C. denominada por los romanos, Panormvus II (actual Palermo).

Aunque los romanos no dominan aun toda la isla de Sicilia, si que la tienen ocupada en su mayor parte, con la avidez que este enclave ha sabido proporcionar a tantos estrategas por su posición privilegiada en mitad del Mediterráneo. Ya desde la antigüedad hasta nuestros días, no olvidemos la invasión de los aliados al sur de la isla durante la Segunda Guerra Mundial, a fin de obtener el control del Mediterráneo frente al enemigo del continente.

Asdrubal, desde la batalla de Bagrades, va moviéndose por la isla, bien vagando por su base de Lilybaeum (actual Marsala, Sicilia) o atravesando el valle de Orethus en los alrededores de Palermo, donde el cónsul romano Lucio Cecilio Metelo (290-221 a.C) procedía en recolectar los campos adyacentes a esta ciudad.

Asdrubal viendo que los romanos se retiran a Palermo, aprovecha para atacar y poner sitio a la ciudad, con una fuerza de 30.000 infantes y jinetes a más de 142 elefantes partiendo todo este ejército desde su base de Lilybaeum. Se entabla a sus puertas una batalla campal, Caecilius sitúa parte de la infantería ligera frente a las murallas y fosos de la ciudad, arrojando toda clase de armas ligeras a los elefantes, a fin de atraeros a este lugar, dejando la puerta principal libre para poder avituallarse desde el exterior.

Los elefantes reciben una nutrida lluvia de lanzas, jabalinas y espesas nubes de flechas procedentes de los arqueros apostados en lo alto de las murallas; el resultado de este ataque no pudo ser más nefasto, ya que los elefantes entraron en un pánico indescriptible, volviéndose incontrolables hasta el punto de revolverse contra los mismos soldados cartagineses.

El ejército romano arropado por la enorme confusión suscitada se hacen con la victoria; como resultado de ello los cartagineses perdieron 20.000 hombres, unos 26 elefantes fueron muertos, así como unos 104 de ellos capturados, 60 según Dioro de Sicilia (Sículo) 90 a 30 a.C, historiador griego, de lo que discrepa Dionisio de Halicarnaso (60 a 7 a.C. historiador griego) al cifrar en 138 su pérdidas, o bien sobre un centenar según relata Lucio Anneo Floro (historiador y poeta romano de la época adriánica). Todos los elefantes que pudieron ser reunidos fueron llevados a Roma para ser exhibidos en los juegos circenses.

Referente a la suerte que el destino le fue reservada a Asdrubal; Sexto Julio Frontino (40 a 103 a.C, escritor romano) el cual afirma que murió en plena batalla, otras fuentes aseguran el haber escapando en la derrota final, o bien Asdrubal fue detenido en su ciudad y ejecutado como réplica a su fracaso militar.

Se caracteriza la Primera Guerra Púnica, esencialmente por la pugna entre Roma y Cartago en conseguir el dominio de la isla de Sicilia que daría la llave sobre el control del Mediterráneo, por tanto la guerra entre las dos naciones duró unos siete años, en los cuales se sucedieron batallas, incursiones de tipo pirata, guerrillas y acciones punitivas con gran desgaste mutuo, resultado incierto para cualquiera de los contendientes.

Cartago dominaba el mar, que aprovechaba la poca pericia de Roma en las batallas navales, aunque inventaron su célebre corvus con los cuales los legionarios invadían el barco enemigo entablando una lucha donde barrían a sus oponentes. Por otra parte Cartago ponía más énfasis en sus logros comerciales, que a sus campañas guerreras, que no tenían tanta aceptación popular contrariamente como les ocurrían a los romanos, pueblo hecho para la guerra.

La Batalla de Drépano. De los años 249 a 241 a.C. Drepanvum III para los romanos (ciudad actual de Trapani-Trápani Sicilia.

El cónsul C Latatius Catulus, comandó según dicho por Dioro de Sicilia 200 quinquirremes junto con unos 700 buques de trasporte, presentándose frente a Drépano, donde se procedió al bloqueo de Lilybaeum, ocupada por los cartagineses.

Los romanos consiguen derribar una parte de la muralla en un ataque por sorpresa, por medio de una acción combinada tanto por mar y tierra, logrando una gran victoria, donde Latatius fue herido en una pierna, siendo rescatado por sus soldados de entre sus enemigos.

La batalla de las islas Egadas. Denominada Aegatae (ínsula) por los romanos, al oeste de Sicilia, llamadas actualmente Egadi, tuvo lugar la batalla el día 10 de marzo del año 241 a.C.

Según el relato de Diodoro, junto a la isla de Marettimo las fuerzas romanas armaron una flota de 300 barcos y 7oo más de transportes poniendo rumbo a la isla de Favignana (municipio de Trépani), atacando al amanecer sorpresivamente a los cartagineses. Mejorando la estrategia romana en esta ocasión, ya que el equipamiento de las naves fueron lo más ligeras posibles, ganando por ello en una mejor maniobrabilidad además de una bien escogida tripulación, a tenor de la experiencia acumulada durante todos estos años en el tema de la guerra naval.

Los cartagineses en esta ocasión no obraron del mismo modo, al reclutar tripulaciones inexpertas a más de una sobrecarga de sus naves con avituallamientos que las hicieron pesadas y difíciles de maniobrar.

Hannón, comandante de la flota cartaginesa se percató de su inferioridad frente a los romanos, optando por rehuir el enfrentamiento retirándose de la zona en conflicto. El desenlace de la contienda Roma logra el hundimiento de 50 naves y la captura de otras 60 junto con sus tripulaciones, ademas del hundimiento de 170 navíos cartagineses según cuenta Diodoro, siendo la versión del historiador Orosio que evalúa en unos 14.000 los muertos y 30.000 prisioneros. Los romanos, según el mismo Orosio perdieron 30 buques y 50 de ellos resultaron muy dañados.

Hannón, logró escapar con el resto de la flota hasta llegar a Cartago, en donde su propio gobierno lo apresó haciéndolo crucificar por el fracaso de su misión.

Ante el continuado fiasco de Cartago por imponer su dominio sobre el Mediterráneo, el general Amílcar aconsejó ante su país, la firma de una paz con Roma, a lo que el consejo de estado aceptó sin dilaciones. Roma se impuso ante este tratado, exigiendo el abandono de la isla de Sicilia por parte de Cartago, bajo el pago de una indemnización por el valor de 2.200 talentos, aunque esta cifra fue aumentada hasta 1.000 talentos más por los comicios romanos.

El resultado de estos enfrentamientos se tradujeron en el abandono definitivo de Cartago sobre la isla de Sicilia, pasando a ser la primera provincia romana fuera de la península italiana, siendo un gran paso para el dominio que Roma aspiraba obtener sobre la cuenca del Mediterráneo. Poniendo así fin a la Primera Guerra Púnica.

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