Ya en plena Era Cristiana, destacaron en esta dinastía los emperadores,Vespasiano, Tito y Domiciano.
Resultó ser este un periodo del Imperio Romano, con relativa calma, donde se impuso la razón en el empeño de restaurar económicamente, las arcas imperiales, en contraposición de la anterior etapa, y con el aumento de un ejército llamado a salvaguardar las fronteras, lo que no impidió en esta fase, los desmanes del último de los Flavios.

No por ello significa que los caminos recorridos por el Imperio Romano, fueran todo lo pacífico que pudiera esperarse de este tiempo, teniendo Vespasiano, su primer gobernante, dificultades de todo tipo que debió sortear durante su mandato, guerras, y las consabidas conspiraciones para derribar al emperador.
Su hijo y sucesor Tito, fue terminando obras políticas y urbanas que su padre no acabó de concluir, aun de su breve paso por el trono de Roma.
Pero la dinastía Flavia, tampoco escapó en el final de su periodo, a las atrocidades propias de un emperador tiránico como lo fue Domiciano, emulando en parte a ciertos gobernantes del anterior periodo tan convulso de los Julio-Claudios.
Aun así durante este tiempo las fronteras del norte, con los bárbaros, quedaron más consolidadas, dando una seguridad a Roma mayor que en anteriores etapas.