Roma Imperial > Dinastía Constantiniana > II Constantino I El Grande

Flavio Valerio Aurelio Constantino, nace un 27 de febrero del año 272 en Naissus (Nis, su actual nombre, en Serbia), hijo bastardo de Constancio Cloro, y Elena de la que se decía era madrastra de Constantino y antigua concubina de Constancio Cloro.
Constantino I El Grande, perteneciendo como augusto de la última Tetrarquía, la cual, como las anteriores, entró en crisis, por lo que por motivos obvios, no se sentía seguro en el cuartel del general Galerio, viéndose forzado a abandonarlo, y reunirse con su padre en Britania ayudándolo en las múltiples luchas para someter a los celtas, siempre dispuestos a defender la isla en contra de los romanos, permaneciendo a su lado cuando su padre, Constancio Cloro murió al poco tiempo, en York.
Maximiano en plena descomposición de la Tetrarquía se alió con Constantino, reconociéndolo como augusto, con lo que Galerio propuso como césar a Constantino y Maximino Daya, a fin de poder mantener la Tetrarquía, pero desaparecen de escena Galerio y Diocleciano, quedando Constantino con el apoyo de Licinio, lanzando ambos una campaña contra el intruso Majencio, que pretendía formar parte en el gobierno de Roma.
Nos encontramos ahora, con uno de los milagros atribuidos a la supuesta fe de Constantino para con los cristianos, puesto que se enfrentaron sus tropas con las de Majencio, al otro lado del río Tíber, sin que se decidiera la victoria por ninguno de los dos bandos. Es cuando el historiador Eusebio, cuenta que Constantino, mirando al cielo vio unas letras que decían “In hoc signo vinces”, con este signo vencerás, y para completar el prodigio, Constantino esa misma noche, en sueños pudo oír una voz retumbante que le instaba a colocar la Cruz de Cristo en los escudos de la soldadesca, asegurándole que la derrota de su enemigo sería total.
Constantino en cuanto amaneció, hizo pintar la cruz en todos los escudos de los legionarios, y en su lábaro (estandarte que utilizaban los emperadores romanos), estampó el Crismón (insignia de Jesucristo). Efectivamente Constantino derrotó a Majencio en la Batalla del Puente Milvio el 28 de octubre del año 313, de una forma total, Majencio murió ahogado en el Tíber, su cadáver y los de todo su ejército, según se cuenta, fueron arrastrados por el río hasta su desembocadura; Siendo esta batalla, la primera que libraba Roma en nombre de una religión. Muchos historiadores dan a entender que esta derrota de Majencio representaba también, el final del mundo antiguo, comenzando una nueva era, por la cual, se reestructuraría un nuevo orden.
Maximiano murió, quedando una vez más el Imperio repartido en una diarquía, ya que Licinio formaba parte de esa dualidad, sobre todo al casarse con una hermana de Constantino, aun así al cabo de un año se rompió la buena armonía existente con Licinio, al derrotarlo Constantinocon sus tropas en Panonia, por lo que las milicias de este se vengaron persiguiendo a los cristianos de Oriente.
Constantino atacó a las huestes de Licinio en Adrianópolis y después en Escutari, con lo que Licinio se rindió, salvando de momento la vida, hasta que un año más tarde fue asesinado.
Las cosas para los cristianos fueron presentándose mejor, ya que consideraban a Constantino su valedor y protector de la religión que estaba ya empezando a despegar, es por ello que promulgó el Edicto de Milán en febrero del año 313, por el cual quedaban derogadas todas las leyes perjudiciales hacia los cristianos, restituyéndoles todas las confiscaciones realizadas anteriormente, así como una plena tolerancia para con todas las demás confesiones existentes, se convirtió el cristianismo en religión oficial del Imperio Romano, en tiempos de Teodosio, no obstante a Constantino le fue concedido el título de “Pontifex Máximus”. Se cree que la educación de Constantino se vio influenciada por su madrastra Elena, ya que su educación fué cristiana, pero lo que más inclinó al emperador hacia la nueva doctrina, fue sin duda, la inteligente visión de gran estadista, al ver en los cristianos una fuerza muy poderosa para el futuro de Roma, puesto que los dioses paganos estaban ya muy obsoletos, en un mundo donde el Imperio se iba desquebrajando a marchas forzadas en todos los sentidos, solamente al final de su vida Constantino se hizo bautizar, para morir cristiano, al parecer con el propósito de cubrir las apariencias.
Referente a la política interior Constantino, realizó una importante reforma, tanto administrativa, como militar, separando los dos poderes, e instaurando rígidas leyes que abocaron en un gobierno absolutista. Centralizó su administración, rodeándose por un núcleo más cercano a él mismo, llamados “comites”, creando una nueva aristocracia palatina, aunque concedió amplia participación a los antiguos “patres” haciéndoles partícipes de los principales cargos del Imperio, cónsules, prefectos del pretorio, vicarios etc.
Constantino se cuidó bien de fortalecer su gobierno con multitud de funcionarios, elegidos cuidadosamente, bajo su férrea disciplina, los cuales estaban bajo la jurisdicción de los “comites”.
Referente a la política exterior de Constantino, se preocupó de fortalecer al ejército, contra los siempre peligros a que el Imperio Romano estaba sometido, al igual que lo hiciera Diocleciano y Galerio, con tropas de infantería y la ya poderosa caballería, compuesta por galos y germanos, dirigidas por un “magíster peditum” y “magíster equitum” respectivamente, a las órdenes directas de Constantino. Las fronteras guardadas por legionarios y sus cuerpos auxiliares bajo el mando de los “duces”, cuya vigilancia debía ser hacia los frentes importantes fronterizos del Rin y el Danubio, por donde empezaron apareciendo los godos, francos y alamanes. Otro peligroso frente se encontraba en Oriente, con el rey sasánida Sapor II que invadió Armenia persiguiendo a los cristianos.
Se debe a Constantino la fundación de Constantinopla, junto al Bósforo, el 11 de mayo del año 330, que la denominó “Nueva Roma”, pero sus coetáneos la llamaron Bizancio, donde posteriormente se instaló el Imperio de Oriente, separándose de Roma, llegando a llamarse en nuestros días Estambul.
Los últimos años de Constantino, fueron turbulentos en su entorno familiar, ya que se disputaban la sucesión del emperador vislumbrando el próximo fin de éste, quiso el mismo Constantino repartir el gobierno del Imperio Romano, en una pentarquía, en la cual estaban implicados, sus hijos y sobrinos, entre los cuales se disputaron a sangre y fuego los restos del Imperio Romano.
Constantino murió cerca de Nicomedia el día 22 de mayo del año 337, dividiéndose a partir del siglo V la iglesia en Occidental y Oriental, dando comienzo al mismo tiempo la Alta Edad Media, con la invasión masiva de toda Europa, por todo tipo de pueblos y tribus, que desde hacia tiempo esperaban repartirse el despedazado Imperio Romano.
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